martes, 29 de octubre de 2019

La tierra, secundaria labor de un cristiano



La tierra es una sublime obra del Creador, y nos la ha dado el Señor para que usemos racionalmente de sus recursos y los administremos con justicia; para que podamos, con los múltiples frutos que ella nos da, sustentar y proteger nuestro cuerpo, sostener biológicamente nuestra vida, y, finalmente, para que recoja con un inmenso abrazo el despojo de nuestro cuerpo muerto. Nosotros la maltratamos, pero ella, cuando nadie quiere acercarse a nuestro cuerpo hediondo, nos recoge con dulzura y nos guarda hasta el día en que resucite nuestra carne.




La tierra es muy importante, sí, pero no es lo principal para un cristiano; es más, en el orden de las prioridades es absolutamente secundaria. La principal tarea de un cristiano es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, y con ello -unido a la caridad de Cristo- salvar su alma.


"La ciencia más acabada

es hacer que el hombre en gracia acabe,

pues al final de la jornada

el que se salva, sabe

y el que no, no sabe nada!"

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