Ambas son definitivamente ideologías del demonio. Pero el
demonio, de malo que es, está en guerra con todo, incluso consigo mismo. Y el
comunismo ha derrotado al fascismo, seguramente a su pesar.
Lo curioso es el auge actual del utopismo izquierdista
radical (comunismo de toda la vida, aunque con nuevos nombres y derivaciones),
pese al hundimiento estrepitoso por la pura lógica histórica (por un fracaso
humano absoluto) de los regímenes del Este.
Esa misma lógica histórica hubiera mandado hoy al comunismo
de cabeza al basurero de las ideologías criminales de la historia, pero no ha
sucedido así curiosamente. A mi juicio, ese renacimiento -como la cabeza del
monstruo del Apocalipsis que revive una vez muerta- sólo puede tener un origen preternatural
(en Garabandal se anunció una nueva ola de comunismo).
No vale la pena de que busquemos causas humanas. Son
irrelevantes ante el gran conflicto de todos los tiempos, y ante el que
dramáticamente debemos decidir: O Cristo o el mundo.
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