martes, 5 de noviembre de 2019

El problema no son los excesos. El problema es la reforma de lo que nunca debió reformarse.

Ahí lo ven. En una Iglesia de Álora (Málaga). Una señora disfrazada de sacerdote, junto a un cura católico, elevan las Sagradas Especies en un Altar donde Cristo muere (paradójicamente, los herejes ingleses no creen que la Santa Misa sea verdadero sacrificio, ni tampoco en la Presencia Real y menos aún en la Transustanciación). Da igual, lo importante es el buen rollito.

Fue el día 1 de Noviembre, festividad de los Todos los Santos.


Leo que esta señora se llama Jenny Lancaster y es sacerdotisa anglicana. El cura católico que está a su lado -de cuyo nombre no quiero acordarme-,  probablemente, ni sepa quienes fueron Santo Tomás Moro, San Juan Fisher o San Edmund Campion, ni la causa por la que fueron martirizados. O quizás sí lo sabe. Pero seguro que no conoce otro dato: que la reforma litúrgica en la Inglaterra del siglo XVI, bajo la inspiración del arzobispo Thomas Cranmer, fue el punto de partida para la transformación de una sociedad profundamente católica como la inglesa en una sociedad protestantizada y anticatólica, y -a día de hoy- en una de las naciones europeas con más ateos por metro cuadrado: lex orandi, lex credendi. 

Habrá una discreta reprimenda de la superioridad (quiero pensarlo), se llamará al orden a este sacerdote, se disculpará -imagino-, y a seguir, que la vida son dos días. O a lo mejor acaece lo contrario; que emborrachados por el espíritu del sínodo de las diaconisas amazónicas (para mí el Sínodo del Tíber, lugar del único acto verdaderamente cristiano de esos siniestros días), se quiere ver este sacrilegio como anticipo fructuoso de la Iglesia del Espíritu, siempre lleno de novedades admirables, de sorpresas inimaginables, pasmo para los cristianos.

Yo, sin embargo, quiero decirles a todos aquellos malagueños por los que aún corra sangre católica en sus venas, que "de una vez para siempre" pueden ir al Santo Sacrificio del Altar, donde es absolutamente imposible horrores como éste. En Málaga la dirección es la siguiente:

Misa tradicional Domingos y festivos, a las 18:00 horas -invierno- y 19:00 horas -verano-. Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula. Plaza de los Mártires (Málaga).

Anímense. Rompan con quienes quieren destruir la fe católica, y agréguense definitivamente a ese:

"pueblo con pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Yahvé, para que le sirvan de común consentimiento. En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí. Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Yahvé" (Sof. 3,9-12). 

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