sábado, 4 de marzo de 2017
El retablo de las maravillas en forma de autobús
No se menosprecia a ninguna persona por decir la verdad (la verdad objetiva, no la que se fabrique uno).
Que los niños tienen pene y las niñas vulva es algo que, salvo que nos hayamos vuelto majaras, lo admite todo el mundo. Los escasos ejemplos de disforia de género o transexualismo tienen que ver más con las condiciones psicológicas de las personas que con la realidad objetiva.
Viendo la movida organizada con el lema de este autobús pienso que la mayoría se ha vuelto majara.
Para entender los miedos a aceptar la realidad tal como es, por la presión de una ideología que se vuelve día a día más totalitaria recomiendo leer ese maravilloso entremés cervantino de "El retrablo de las maravillas".
En él se advirtió a los espectadores que ninguno que tuviera sangre judía o que no fuera habido en legítimo matrimonio podría ver las cosas que en ésa obra se representaban. Y la consecuencia fue que la inmensa mayoría de espectadores -como borregos- negaron lo que ante sus ojos objetivamente se reproducía.
"Nada nuevo bajo el sol" dice la Biblia. ¡Qué razón tiene!
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