Fue el día 1 de Noviembre, festividad de los Todos los Santos.

Habrá una discreta reprimenda de la superioridad (quiero pensarlo), se llamará al orden a este sacerdote, se disculpará -imagino-, y a seguir, que la vida son dos días. O a lo mejor acaece lo contrario; que emborrachados por el espíritu del sínodo de las diaconisas amazónicas (para mí el Sínodo del Tíber, lugar del único acto verdaderamente cristiano de esos siniestros días), se quiere ver este sacrilegio como anticipo fructuoso de la Iglesia del Espíritu, siempre lleno de novedades admirables, de sorpresas inimaginables, pasmo para los cristianos.
Yo, sin embargo, quiero decirles a todos aquellos malagueños por los que aún corra sangre católica en sus venas, que "de una vez para siempre" pueden ir al Santo Sacrificio del Altar, donde es absolutamente imposible horrores como éste. En Málaga la dirección es la siguiente:
Misa tradicional Domingos y festivos, a las 18:00 horas -invierno- y 19:00 horas -verano-. Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula. Plaza de los Mártires (Málaga).
Anímense. Rompan con quienes quieren destruir la fe católica, y agréguense definitivamente a ese:
"pueblo con pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Yahvé, para que le sirvan de común consentimiento. En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí. Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Yahvé" (Sof. 3,9-12).
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